Hay una idealización de la “idealización de los bandidos". pero los asaltantes son anónimos y además no existen.
No son ídolos, como los héroes deportivos, hasta que sus batallas sean contadas en el cine o las novelas policiales.
Donde hacen falta ídolos (y triunfos) es en el boxeo argentino.
El fútbol tiene los equipos, también llamados clubes o colores, con hinchas apasionados y subyugados, en algunas ciudades se cultiva la pasión por el baloncesto o el automovilismo, incluso la marca de los coches tienen seguidores fieles.
El cine tiene al cine y a las estrellas de cine, directores y artistas. La música tiene figuras, ídolos populares y sonidos de moda.
La política no necesita ídolos porque se traduce en información y debate, por oposición apasionada o militancia, también bastante degradados estos.
Entre los muertos están los ídolos que no se cortaron la coleta. Algunos artistas son brujos posesos por el duende que define Federico García Lorca en la conferencia de “El juego del Duende” ofrecida en Buenos Aires.
No son ídolos, como los héroes deportivos, hasta que sus batallas sean contadas en el cine o las novelas policiales.
Algunos artistas son brujos posesos por el duende que define Federico García Lorca en la conferencia de “El juego del Duende” ofrecida en Buenos Aires.
El arte es un mar de olvido y legado.
Y lo anónimo.
Ninguna tumba guardará tu canto.
