Por Damario

Por haberlas amado tanto

Cronicas

Las amazonas Manson buscaban amor, pero encontraron muerte.

Que “la muerte es mujer” es una bella metáfora, se sabe.

Pero más hermoso sería poder elegir como morir, y de todo el abanico que ofrece la naturaleza de culminar la vida, que lindo sería morir asesinado por una bella mujer. Bella como virtud. No como metonimia de un montón de características nobles.

Bella como asesina y flor hermosa. No como simpática.

Una Eva Green que te apuñale mirándote a los ojos.

Nada menos que una de esas morochas que curtían con Charles Mason y asesinaban dentro de su clan. Nada menos que una versión supermodelo de Elaine Burton.

Dos novelas circulan por las librerías chicas y grandes de la ciudad; la primera: The Girls de Emma Cline es festiva y perturbadora. Muertes al ritmo de una canción de Phoenix. Ninfas asesinas que podrían salir de un video de Babasónicos, Andrés o el cuarto de mi casa.

Un libro que en sus 366 páginas te abruma con mediodías ensangrentados, soles en la bahía, psicotrópicos y faldas muy, muy cortas. Chicas pálidas de cabello negro oscurísimo que parecen recién rescatadas de un pozo. Como hombre, The Girls, cautiva.

Mientras que “Laetitia o el fin de los hombres” de Ivan Jablonka, como género masculino da miedo. Y es necesario. Aunque por momentos la pluma del escritor sea de dudosa credibilidad. De hacer un film sobre “Laetitia” Jablonka seria otro personaje mas de la historia. Una suerte de romance platónico y zoofilico embriaga el punto de vista del autor sobre el caso.

 El cine le debe a Manson una biopic. Lo mas proximo es lo que traiga Tarantino en “Once upon a time in Hollywood” que según el propio QT ha dicho “es lo mas similar a Pulp Fiction que escribio”. Ademas de contar con Charles Manson entre sus personajes y Sharon Tate la cinta reune en el reparto a Brad Pitt y Di Caprio juntos. Algo similar a la epica de Michael Mann en Fuego contra fuego con De Niro y Paccino.

Otras citas en el cine a Manson se encuentran desde Annie Hall a Mmad Men (insinuando que la sensual morocha novia de Draper termina como Sharon Tate).

Quizá Hollywood no quiere a Manson (amar es atencion y el mundo del cine no le dio la importancia cinematográfica tal ) porque el y su clan se encargaron de demostrar que esas mansiones de actores millonarios donde se compite por quien hace la fiesta mas dichosa entre fizz y cristales ya no era un lugar seguro. El clan y sus muchachas llevaron las calles de NY a Los Angeles. A los barrios de las estrellas. Y el medio a LA se convirtió junto con la crisis de las major de cine en el plato ideal para que cineastas neoyorkinos como Woody Allen, Scorsese pasen al frente.

Creer que los lobos solitarios existen es, como mínimo, un poco utópico. “Targets” el visionario primer film de Peter Bogdanovich como director (aunque tuve la suerte de conocerlo y que me diga que el primer film que digirió fue The Wild Angels, firmada por Roger Corman). La historia de la ópera prima oficial de PB (Targets) nace de una idea que Corman tenía en el diario que llevaba bajo el brazo: el nacimiento del asesino en serie. Boris Karlof (icono del terror sobrenatural) es la sombra oculta de la familia típica americana que emerge a la superficie en forma de psicosis que asesina indiscriminadamente y sin ningún motivo aparente a su propia familia.

Algo similar sucede con ambas novelas, una situada en fines de los 60s (como Targets) y la otra situada en el periodo de Sarkozy en Francia. Una sobre una líder (novia de Mason) que asesina. Y la otra sobre una lolita asesinada. El magnicidio y femicidio. Lo brutalmente bello y la brutalidad de matar lo bello.

La idea del terror y el amor. Y de sembrar terror.

Como en Tres Noches, Austin Wright, Laetitia es triste y asusta. Y te hace llorar por el terror del mundo. Solo para valientes que leen a Sangre fría.

Son tiempos difíciles los que hoy se viven y se extingue la generación que nacía y renacía con cada película de Polanski en el cine. Donde la fiesta era una gran belleza pictórica.

Tiempos de finales para las muchachas como Sharon Tate que se encerraban en un cuarto cinco estrellas de un hotel en Cannes a llorar por horas. Mujeres que tomaban pastillas de Mogadan.

Quizá Elaine Burton sea la última venus salida de la cabeza de Tarantino. Una autentica heroína de Russ Mayer que especulaba con vender el cuerpo de su pareja a los medios (Mason). Una chica bella y lánguida sin tetas hechas. Una suerte Bonnie para un Clyde, o Sissy Spacek en Badlands de Mallick.

Como en Tres Noches, Austin Wright, Laetitia es triste y asusta. Y te hace llorar por el terror del mundo. Solo para valientes que leen a Sangre fría.

Y que, por si fuera poco, con ese aire de diva de Robert Altman a lo Shelly Duval, tiene una desmedía simpática por el demonio como Anne Wiazemsky en el documental de los Stones.

La invitación a la masacre de Marcelo Fox. La salida de la tangente y el fin de Asesinos por naturaleza.

El mundo es más justo con más mujeres malas, jóvenes y bonitas. Que nos hagan suplicar misericordia y acaben con nuestros días. Las que se ríen al final.

Que todo acabe con una mujer. Por favor.

Y dos vasos de whisky de cinco lucas, si se puede pedir más.


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