Foto: Bachia Films
Por Nicolás Formenti - Foto: Bachia Films

Juan Zalloechevarría y su pasión por el cine: sus nuevos proyectos

Cronicas

Guionista, productor y escritor. Viajará a España a presentar uss historias: el robo del siglo y una zaga de crímenes impactantes.

Escribe en las sombras y en silencio desde hace más de 15 años. Por la.pantalla de su computadora, como si fuera la de un cine, pasaron personajes, escenas, conflictos, emociones. Historias que nacieron de la vida real, que habitaban en él, vivió o le contaron. Vidas que están a punto de estallar por la desesperación hasta que de pronto toman un rumbo inesperado. Algunas lo obsesionaron al punto de no dejarlo dormir o todo lo contrario: tomaron más forma en los sueños.  Quizá heredó el amor por el cine de su madre. Pero de chico su tío tenía un videoclub y él pasaba horas viendo películas de suspenso, policiales, de acción, de aventuras. 

Con el tiempo, Juan Manuel Zalloechevarría cumplió su sueño: estudió cine y participó en talleres literarios, escribió guiones y se volvió un apasionado y perfeccionista de cada historia. 

“Siempre me fascinó el universo del true crime, no por el morbo, sino por lo psicológico. Me interesa ese instante invisible en que alguien cruza un límite. El paso que lo condena, o lo mata. ¿Qué lo empujó hasta ahí? ¿Qué carga emocional lo arrastró? Esas son las preguntas que me llevan a escribir", dice el guionista y productor.

Porque a su faceta creativa sumó la de impulsar proyectos. Le gusta estar en todo el proceso creativo. Desde la primera palabra hasta el rodaje, la elección de los protagonistas, la etapa de montaje y edición. Hasta el estreno. Además terminó de escribir un libro de no ficción titulado El Heredero. 

"De niño pasaba horas y horas viendo películas. Mi mamá amaba el cine, y mi tío era encargado de un videoclub en los años 90. Me dejaban ahí, entre estantes llenos de clásicos del thriller americano. Yo elegía las carátulas, alquilaba con los ojos, y me pasaba tardes enteras viendo películas de suspenso, mafias, traiciones, golpes perfectos. Así aprendí a narrar mirando", cuenta a la revista Nervio. 

El guionista es productor asociado y asesor de la miniserie sobre Yiya Murano, a estrenarse en Flow y uno de los autores "fantasma" de la película El robo del siglo. Además ejerció como asesor e investigador en notas sobre el crimen de Rodolfo Palacios y en su libro "Sin armas ni rencores, el robo del siglo contado por sus autores", editado por Planeta. 

Admira profundamente el cine del legendario Martin Scorsese. "Me formó su manera de retratar lo criminal desde lo humano. También me marcaron series como Breaking Bad o Los Soprano, donde el crimen es solo el punto de partida para explorar lo emocional, lo moral, lo familiar".

Del creador de la serie de mafiosos, David Chade, resalta una frase: "No prestes atención a tus dudas porque puedes dudar de todo. Hacelo tu mismo, arriesga todo pero sabiendo que no vas a perder nada".

Sobre el presente del mundo audiovisual que se vive en la Argentina, piensa: "Estoy con entusiasmo y expectativas por el momento que vive la industria argentina. Lo que está ocurriendo con El Eternauta nos pone a otro nivel. Estamos listos para jugar en las grandes ligas. Y siento que las puertas, finalmente, se están abriendo".

Este año viajará a Madrid para participar del Pitch 2025 de Amazon Studios, en el marco de Iberseries & Platino Industria. Es un espacio único para mostrar historias pensadas en Sudamérica pero con una escala internacional. Allí va a presentar tres proyectos que, según él , lo representan por completo: la serie Donatello Project, sobre el robo del siglo real que inspiró La Casa de Papel; la película Yiya Murano, sobre la envenenadora más enigmática de la historia argentina que se volvió una celebridad y era invitada a los programas televisivos  más importantes del país; y la serie Pasiones que matan, basada en crímenes reales, desarrollada junto al periodista , escritor y guionista Rodolfo Palacios.

Juan Manuel siente que la escritura más pura es el silencio. La que no se dice y nace del interior. Se escribe porque a veces no podemos hablar. Porque convocamos a los ausentes. Se escribe con  oscuridad y con  iluminación. Hay palabras que son como una herida: al principio son invisibles. Y hay que ser más fuerte que lo que se escribe.  "Escribir una historia que nos conmueve es ir contra la muerte, transformar el dolor en belleza. Apelar a imágenes, vivencias, sonidos, sueños, escuchas, aromas. Escribimos lo que nos pasó o va a pasarnos. O quizá lo que no nos pase nunca. Es conocer otros mundos, inventarlos y escuchar a las personas", dice Juan Manuel.

Para él, escribir es una creencia sin ateos.

Foto: Bachia Films

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