Por Noy

Oda a Elsa

Cronicas

Poema inédito de Fernando Noy. Una tía, la levedad de lo inconcluso y un mensaje como legado: las flores no lloran ninguna muerte ajena.

Recuerdo   a mi  tía adorada

ya entrada en años

pero siempre la misma sonrisa

en aquel dichoso rostro. 

Lo único que temía de morir sola 

es que encontraran su cuerpo descuidado.

Por eso se vestía como para ir  de paseo

o dar la vuelta al perro. 

Nadie, menos yo,  entendía

por qué usaba  rimmel  antes de  dormir.

Murió haciendo lo que quería, 

como buena triple campeona de natación

 ante el vasto y verdadero océano

 del pueblo siempre realizando proezas.

Muchas  veces conmigo

aferrado a sus espaldas

de tiburona en éxtasis 

de delfina cantando al bajar la marea  

o sirena  druida tan lejos de su dolmen 

Corríamos con un palo 

a devolver los pulpos

enganchados en tramposos peñascos

y  las rayas feroces  que   sólo  ella amontonaba 

en su gran  balde azul  

para devolverlas todas de una vez al mar.  

El mar inmenso como su mirada 

 donde jamás podrías ahogarte.

Por eso, muchos años después, ya anciana,

desde una clínica creyendo que el océano

había al fin desbordado sus límites 

saltó en  picada recta desde el  balcón

con su malla inventada.

Por suerte al menos para ella  

eran  espuma o agua de  altamar 

aquellos ladrillos de  veredas 

 tantos años barridas y lavados 

Pero las flores no lloran ninguna muerte ajena  

bastante ya tienen con tanta pena  propia al ser cortadas 

Ese fue su último  mensaje

especialmente para mí  adentro de la carta

y  su  sobre perfumado de escamas  atesorado para siempre.

Las flores no lloran ninguna muerte ajena  

bastante ya tienen con tanta pena  propia al ser cortadas 

Ese fue su último mensaje.

Me regaló esta lámpara que yo mismo ahora soy y la expando o  hago  resplandecer en los bordes de todo lo posible.

Si fuera por Elsa este poema no tendría final.

Que no lo tenga entonces.  


Odkryj wszystkie możliwości Mostbet https://mostbet.com.pl/ – szczegółowa recenzja bukmachera